¡Hay que matarlos a todos! A todos. A todos hay que matarlos. Primero a los políticos. Corruptos. Garcas. Chorros. Hijos de puta. Primero a esos. Después a los tacheros del microcentro. Lacras de mierda. Y ahí cerquita, compartiendo el podio, a los médicos. A todos, no se salva ni uno. Serán conchudos. Qué buena que está. Tremendo par de tetas. El hombre ya llegó a la luna, doctor. ¿Cómo puede ser que no logre evitarle a la gente dos horas esperando a su eminencia? ¡La concha de tu madre! ¿Cómo puede ser? De culo también viene bien la pendeja. Lástima que después terminan todas como la otra vieja amargada. A los trapitos también hay que matarlos. No se si antes o después que a los médicos. Pero también. Dos horas esperando. Como si yo no tuviera nada que hacer, como si mi tiempo no valiera un carajo. Si le cobráramos a este hijo de puta las horas que nos hace perder, chau consultorio en Recoleta, chau secretaria con super tetas. Limosna en la calle estaría pidiendo este hijo de puta. Me muero de sed. Al fin sale uno, faltan dos más si es que no aparece algún colado. Estos ratas no respetan nada. Si viene un acomodado lo hacen pasar y que se joda la gente. Le pido agua a la pendeja y de paso le miro las tetas. Que para eso se puso tremendo escote. Hoy le debe haber pedido aumento al doc. Y seguro se lo dio. Y se la dio. Linda sonrisa la minita. ¿Me tiró onda? No creo... si me llego a levantar tremenda mina en la sala de espera del proctólogo, Dios existe. Y está claro que no existe. Sino como mierda permite que nos abusen los médicos de esta manera. No te agaches así, mamita, me vas a matar. Encima el rata no tiene ni un dispenser de agua. Hay que pedir cada vez, te dan un vasito de mierda y agua de la canilla. ¿Cómo se puede ser tan rata? La cara de puto que tenés chabón. Este viene de gusto nomás. Debe venir todas las semanas. La sonrisa de la pendeja fue de “pobrecito, hoy te toca a vos que te rompan el culo”. Le hace esa sonrisita a todos la guacha. Entre sexy y condescendiente. Hasta al puto se la hizo. Yo haría lo mismo. Pero bien que la que se tiene que culear al doc sos vos, forra. Al menos ella cobra, yo pago. Tengo que pagar la obra social. Pero no creo que llegue si este reverendo hijo de puta no se apura. Y el cole de los pibes. A este lo despachó rápido, debe tener el ano acostumbrado a estas cosas. Conmigo espero que sea cariñoso. Que me ponga musiquita, que prenda una velita. Que me diga palabras de amor. ¡Que me pida casamiento! Es mi primera vez, doc. Dios no existe. No puede ser tan perverso. Ya bastante tenemos con la presbicia, encima esto. ¿Por qué no nos liquida a los 39 y listo? Un perverso. Seguro que es médico también. ¡Mirá las manos que tiene este hijo de puta! Va a ser una violación. Me parece que me voy a la mierda. Busco en la cartilla una mina. ¿Habrá minas proctólogas? Me da vergüenza, pero seguro tienen manos mas chiquitas. Le digo a la tetona que me confundí, que yo venía por una reducción peneana pero que parece que acá es otro el negocio. Y le dejo mi teléfono. Seguro pica. Seguro quiere ver un pene descomunal. Pobrecita, qué desilusión se va a llevar...
-Fernández- anunció sin entusiasmo el doctor
-Buenas tardes Doctor. ¿Cómo le va?- respondió Fernández con cordialidad
-Pase por acá - le respondió, mientras entraba al consultorio sin mirarlo.