Hay un loco en el bar. Habla solo. Intenta hablar con alguien. Con quien le cruce los ojos. Ni siquiera. Habla en voz alta por si algún oído se cree el destinatario de sus palabras. No parece loco. Es solo un señor. Un hombre mayor. Campechano, del interior parece. Pero no se le entiende nada. Si prestás atención, no se le entiende lo que dice.
Tal vez no está loco, está borracho. Ahora me habla a mí. Que le deben el vuelto o algo así. Lo miro solo de reojo. Guita para el café tenía, lo pagó. Y le deben el vuelto. A mí me pareció que le dijo a la chica que lo dejara, que era la propina. Pero ahora lo reclama. Se va puteando que lo cagaron. Ni muy fuerte para hacer escándalo, ni muy bajo para no ser escuchado.
Loco, borracho. Loco borracho. Borracho que enloqueció. Loco que se emborrachó. ¿Cómo habrá llegado a esta situación? ¿Qué le pasó? ¿Un desamor, un abandono, una traición? ¿Un traspié económico? ¿Un desbalance químico? ¿Cómo llegó hasta ahí?
No sabemos como llegó hasta ahí. Solo lo ignoramos a él. Si nos habla no contestamos. Si nos mira no lo miramos. Nos preguntamos. Nos sensibilizamos. Pero lo ignoramos. Nos da miedo. Nos da miedo el contagio. Que se nos pegue. Nos da miedo saber que cualquiera puede terminar así. Por eso decimos "qué pena" mientras corremos en sentido contrario. Seguros de nuestra cordura nos escapamos de un loco inofensivo. Seguros de que lo que tenemos es justo. Lo que nos toca es ley de vida. Dios así lo quiso. Que hicimos el esfuerzo necesario para tener lo que tenemos. Sabiendo que no sabemos cómo el señor loco llegó a donde llegó, pero sabiendo también que se lo merece. Si nosotros nos merecemos lo nuestro él se merece lo suyo.
Huimos, corremos, escapamos. No nos quedan sinónimos pero nos vamos del loco. La pena se fue, el loco se fue. La angustia se queda.
¡Puto loco amarga domingos! Por qué no los encierran. Por qué no los matan. Uno labura toda la semana para pagar el auto nuevo. Una casa linda. El colegio privado. Que no le falte nada a la bruja. Para pagarse las putas. Y viene un loco de mierda a cagarle a uno el momento de descanso.
Matarlos a todos. Eso hay que hacer.