la verba salvaje

de Otto Wald

yo soy mi otro yo

Pizza para dos

—Bueno, ¿arrancamos?
—Esperá mi amor, ¿no deberíamos conversarlo un poco primero?
—¿Conversar qué? ¿No está todo hablado? ¿No estamos los tres de acuerdo?
—Si, si, eso si. Eso ya lo hablamos. Pero yo decía hablar del cómo.
—No se, gordi, no me parece, le quita todo lo natural y espontáneo.
—Mi amor, muy natural no es.
—No empieces de nuevo gordi, ¿no era que estaba todo hablado? ¿Ahora te vas a echar atrás?
—No, no, no me echo atrás. Es que es raro para mi. ¿Vos qué decís Robert? Vos que tenés experiencia, ¿no te parece que tendríamos que hablarlo un poco?
—La verdad que no se, Gordo. Yo lo hice algunas veces. Pero nunca con amigos. Vos sabés como te respeto a vos y a Marta. La verdad que la situación es rara para mi también.
—Ay, Roberto, vos también mariconeas como el Gordo. ¡Déjense de joder che! Este no es el momento para arrugar. ¿Por qué no van al baño y lo discuten como señoritas?
—No seas boluda, para vos parece muy sencillo. ¿Cómo si no fuera la primera vez?
—Ahora te ponés en forro Gordo. Lo hablamos mil veces. Nos decidimos y ahora empezás con las vueltas. ¿Qué querés hablar? Ya lo invitamos al Rober, por qué no lo hablaste con él que es tu amigo. Yo lo quiero natural y espontáneo.
—¡Ver cómo culean a tu esposa no es natural ni espontáneo Marta!
—¡Sos un forro! ¿Ahora venís con esto? ¿Por qué no me lo dijiste ayer? ¿Para qué lo invistaste al Robert? Lo invitás a coger y lo hacés ver como discutimos. Qué amigo de mierda que sos.
—Por mi no te hagas problema Martita, hablen todo lo que necesiten, y si se echan para atrás no pasa nada. Nos comemos una pizzas como siempre.
—¡Pizza las pelotas! Yo no me voy a poner a cocinar ahora, habíamos quedado para coger los tres y me quieren poner a hacer unas pizzas. Son dos pelutodos.
—Mi amor, tranquilizate, nadie se está echando atrás. Solo que me parece que tendríamos que organizarnos un poco.
—¿Organziar qué, gordi? ¿Querés que te haga un croquis? Preguntale a tu amigo que seguro que sabe qué se encastra con qué, no como vos que hay que llevarte con control remoto.
—No te pongas grosera Marta, Roberto es nuestro invitado y nuestro amigo y lo estamos haciendo pasar un muy mal momento.
—Gordi, es sacarse la ropa y coger. Es como andar en bicicleta.
—Yo nunca anduve en bicicleta de a tres.
—¡Ves que te estás echando atrás! Ayer eras todo valiente y desprejuicidado, hoy sos el mismo forro de siempre.
—Marta, ¡que está Roberto en casa!
—No hace falta cocinar, podemos pedir las pizzas, ¿no?
—Gordo, quiero el divorcio.