un grito en el pecho
como un puñal hurgando la carne
como un puma enjaulado rodeado de reses carneadas
un águila sin alas
un silencio en el bosque
salvaje como motoquero en el microcentro
como los pelos al despertar
como un principio inmutable
como un dogma
salvaje como un árbol frente al viento
como la química del cerebro
triste como parásito sin alojamiento
como corazón sin latido
como árbol caído, sin ruido, sin bosque
como la primera despedida
como el tiempo que pasa sin sentido
amargo como el mate sin ronda
grande como el dios que me cobija
como la espada vengadora
como la angustia del hipopótamo
como tus ojos sorprendidos grande
como el miedo que te congela
como el peso de la ausencia
salvaje, triste, amargo y grande
un grito en el pecho