Me duele el barloque de tanta menta loca. Loca la lengua atrancada. Escupo palabras para amigar los hemisferios, para que el trónico afloje. Para desaturdir el barloque de maresca.
Estriba en el desamor que vuelve la fisura fina de tratines dubitantes. La espesura amarga del desamor vuelve a asomar. El desamor amarga la visión pertuna. La ligura repina y el corazón atrona. Es mucha jorona para un solo coco.
Rabia pristente de esta vida loca, que no se acomoda al barloque sensoso. Barloque presuruoso que no afoloja la rabina. Y la maresca te mata, lenta como diabla malvada.