¿y si no te hubieses muerto
el día en que no moriste?
si tus ojos aún brillaran
y tu sonrisa ladrara atrevida
como la cola del perro
cuando alegre y desprejuiciada
arremete con todo lo que queda
en la mesa ratona
si tus oídos fueran felices
y aún filtraran lo malo
para que se quede afuera
sin dañar tu alma
si tus manos decomisaran angustias
como policías del bien
indicando calma
ordenando el cielo
si tus labios sonaran ternura
y aún hirvieran
si no hubiesen perdido su color rojo rabioso
y su pasión
si tus pies aún caminaran firmes
rectos convencidos y libres
hacia esa esquina
donde el paraíso se encuentra con el encuentro
si no hubieses muerto cuando no moriste
yo ardería paz
como un globo aerostático
dormiría sueños
perseguiría posibles
si no hubieses perdido la fe al no morir
seguiría altivo indestructible poderoso
yo tampoco hubiese perdido la fe
y vos
seguirías hermosa sútil y transparente
pero ese día te moriste sin morir
me dejaste sin dejar
te esfumaste en tu presencia
te rendiste ante el mal
perdiste la paciencia
se te acabó el sabor
fundiste indiferencia
moriste sin morir y con dolor
ese día
del mundo solo quedó lo terreno
lo inservible lo vanal lo ordinario lo obvio
solo quedó aquello sin sentido
cuerpo sin alma
caparazón sin amor
espera sin esperanza
lo peor de lo peor
y lo peor de morir sin morir
es que queda la ilusión
de que se vive
sin vivir